miércoles, 14 de diciembre de 2016

Silencio sitiado

*Texto publicado en Monolito Revista de Literatura y Arte, el 21 de noviembre de 2016.

Sé que pido demasiado
durante este pálpito continuo
que sirve de fondo para esta escena
que protagoniza la distancia.

El cuerpo es receptivo
para lo que el alma demanda,
la piel destila deseos por los poros,
ciñe impulsos que se precipitan a un vacío.
Lo que el espíritu desnudo persigue
es que la oscuridad nos acerque,
imaginarte como un ángel
conduciendo con una venda en los ojos
por una sinuosa carretera,
yo
simple prisionero de tu ternura,
de tu roce que pone límite a mi espera,
promesa trunca en medio de una caricia temporal,
fin del debate
sobre un concepto más simple que la vida,
silencio sitiado
por la epidermis de la inquietud.

lunes, 7 de noviembre de 2016

El tiempo nos ignora

* Texto publicado en la Revista bimestral de Poesía Bistró VIII, el 20 de octubre de 2016.


Construí esta aldea sin necesidad de planos,
el futuro se advierte cruzando el río
bajo un cielo orgulloso de sí,
edificada con lo suficiente
aunque todo parezca desconcierto.



Olvidé donde queda la salida de emergencia
y un terremoto podría devastarlo todo,
debería ser mejor con un kit de sobrevivencia,
es difícil romper el esquema,
señales que ofuscan las esperanzas,
símbolos que se convierten en lecciones
que desaparecen tras una onda expansiva.

El tiempo nos ignora si lo desperdiciamos,
y el alma se consume

cuando no queda a donde volver.

martes, 20 de septiembre de 2016

Absurdo como un sueño

*Texto publicado en Revista Literaria Letra Errante No. 3 Año 2, el 31 de julio de 2016.

¿Acaso no es raro
que a pesar de ser tan ajenos
en este viaje vacío
busquemos un lugar bajo el cielo?

Hemos vivido entre sombras
pero ¿no lo hace todo mundo?
¿no es normal que se sienta
como si fuera un espejismo?
¿acaso no es difícil estar de pie bajo la tormenta
al borde del desvarío
con el alma consumida?

Nadie parece escuchar
aunque mi voz sea un estruendo,
sentirse tan solo en una muchedumbre sin rasgos
sigue siendo tan absurdo como un sueño.

Sentado en la escalinata,
espero un indicio,
alguien que vibre de la misma forma
porque mis anhelos insisten
en no acoplarse.
Necesidad subterránea
en un anochecer de ideas,
no encontrarse en nadie más es tan cruel,
apuesto a que un hámster puede girar mejor esta rueda
para atravesar este portal
hacia una dimensión líquida.

Veo el apelativo que te di
escrito en un cristal
donde no me reconozco
a fuerza de un obscurecer metálico,
sonidos desde el andén,
incoherente como el olvido,
he nombrado mi vagón cotidiano,
que nunca sé

a dónde me va a llevar.

jueves, 14 de julio de 2016

Ensayo sobre una luz distinta

*Texto publicado en Revista Literaria Grezza No. 7, el 7 de Julio de 2016.

Prueba decir algo distinto,
sabes que hay miles de razones del por qué
para que se tambalee la plataforma desde la que te observo,
movimiento de iniciación,
excusa fácil para escapar de la forma.

Aún subo la escalera buscando tus pasos,
camino sobre las rocas para perder el rastro de lo que fui,
recorro el adoquinado húmedo para que resbale mi tontería,
juego sigiloso que corroe la rueda del tiempo,
existen motivos en las nubes,
tenue reflector sobre mis palabras,
ademanes de la noche,
banquete sensorial que provoca juntar las manos,
tinta que define la delicia del extravío
que gotea sobre las sombras.
Hay fortaleza en la derrota,
como extraños en una fiesta,
rebeldes como un escudo,
una luz distinta que ciega pero también protege,
intenta decirlo de otra manera,

            me sabrá igual.

miércoles, 15 de junio de 2016

El auge de la minificción

*Texto publicado en el Suplemento Cultural Expresso del diario Correo de Guanajuato, el 10 de julio de 2004.

En medio de las adversidades actuales hay quien considera que la novela está en crisis, porque en esta vida de urgencia es difícil dedicarle el tiempo que demanda su lectura. Mientras esto se presenta, diversos escritores en una voluntad propia por ajustarse a los ciclos y por vincularse a pesar de todo, han estado fomentando reiteradamente un nuevo género: la minificción.

De esta forma han intentado abreviar sus expresiones y descubrir el modo justo para ser sólo exacto en la forma. El juego interactivo que presenta la fórmula de la minificción ha contribuido a que gane terreno, ya que el lector ha de complementar y coronar los potenciales motivos apenas insinuados por el autor.

Este auge de la minificción ha exhibido un gran dinamismo durante los últimos diez años, aunque se le debe mucho a Jorge Luis Borges, tomando por asalto a nuestras letras desde la segunda mitad del siglo XX. Con esto se ha percibido la posibilidad de transformar en lectores a una juventud poco acostumbrada a leer, haciéndola que se regocije con el buen decir con una mínima inversión de tiempo.

Una de las principales dificultades de la crítica es: ¿cómo llamar a estos relatos? Con la ausencia de un canon crítico, durante mucho tiempo cada uno los ha ido calificando a su manera. Algunos autores han admitido la designación genérica de minificción para relatos que no excedan de 400 palabras, aunque el término puede también ofrecer conflictos. Algunos otros títulos que le han asignado son: ficción súbita, fragmentos, cuentos mínimos, instantáneas, cuento ultracorto, relámpagos, relato breve, minicuentos y microrrelatos.

Augusto Monterroso, cuyo relato El dinosaurio es una de las minificciones más conocidas, los llama varia invención, deduciendo el título que Juan José Arreola empleó para una de sus obras.

La minificción es un género que está llamado a ser uno de los más representativos de nuestras letras en el tercer milenio, dada su brevedad, sentido del humor, el ingenio, la combinación de géneros literarios y la estimulación de una complicidad que resulta unívoca. Este ejercicio ha sido impulsado por autores tan diversos como Eduardo Galeano, Juan José Arreola, Jorge Luis Borges, Augusto Monterroso, Felipe Garrido, Luis Britto García, Alfonso Reyes, Macedonio Fernández, Mario Benedetti, Guillermo Samperio, Otto-Raúl González, René Avilés Fabila, Edmundo Valadés y Julio Torri, entre otros.

Fue Julio Torri quien escribió alguna vez que la brevedad es una forma extrema de la cortesía. La pluralidad e influencia de este género ha conducido a la exigencia de emplear el término de minificción para aludir a toda las multiplicidades posibles, que van de la mera ocurrencia al rigor de la poesía.

En el camino se puede uno encontrar con el ejercicio del humor, donde se captan escenarios habituales y que concluyen con un giro imprevisto y extraordinario, de la misma forma que se puede uno topar con juegos de palabras, como son retruécanos, sobreentendidos y equívocos.

La ironía es otro factor primordial en la minificción y se presenta como una propensión a decir algo más (o decir algo diferente) de lo que las palabras significan literalmente. Esta tendencia tiene una larga práctica en la narrativa en lengua inglesa, bajo en nombre de understatement (decir menos de lo que se pretende). El uso de esta técnica posee un tono más popular en sus exponentes latinoamericanos, donde la práctica literaria se inclina a ser comprensible y pedagógica. La combinación de ironía y pedagogía, es obra de un contexto histórico arto difundidas, a través de alegoría fantásticas, cartas, parodias genéricas y parábolas instantáneas. En un entorno donde el analfabetismo funcional se encuentra entre los más elevados del orbe, florece la directriz de publicar contenidos literarios en un perfil pedagógico.

Mención aparte merece Lauro Zavala por su labor de recopilación de algunos de los autores ya mencionados en la obra Relatos vertiginosos: Antología de cuentos mínimos (Alfaguara, 2000). Esta obra está dirigida a los lectores jóvenes ya que representa una convocatoria a adentrarse en este género.

La obra Sea breve del escritor Otto-Raúl González (Ediciones del Ermitaño, 1999), reúne 71 minificciones y simboliza otro ejemplo de la difusión del género, además del esfuerzo que se realiza en el Suplemento Cultural Laberinto de Milenio Diario con la inclusión de minificciones del escritor Marcial Fernández.

La producción de la minificción aumenta cada vez más y los espacios para su difusión deben ser equivalentes a ésta, para el bien de las letras y de los lectores.

sábado, 4 de junio de 2016

No puede existir

*Texto publicado en Factum Revista Literaria No. 30, el 22 de mayo de 2016.

Quienquiera que seas
dime que todo estará bien,
no puedo hacerlo por mi cuenta
recargado en este muro de días arrinconados,
de noches de insomne vocación.

Cuando las luces se apagan
las cosas cambian de lugar,
la llave para abrir cualquier puerta
se extravía entre planes y resoluciones,
y la ruina es un transeúnte despistado.

¿Acaso te miras al espejo
para pensarlo más de una vez?
¿o vas a tientas
y es cuando adviertes
que sólo es un desfile de apariencias?

Latidos que van y vienen,
el alma se derrama,
destila esperanzas
que acusan un convencimiento propio:
para fines prácticos,
tú no fuiste materia
—penetrante aroma tu presencia
hecha de hidrógeno que congela el instinto—

y nunca estuviste aquí
—prosaico indicio de otro siglo
que arde en medio de una exhalación,
caos de tan solo unas horas.
Ingenuo exilio por una escalera de caracol,
pensamientos extraviados en una galería,
flor de loto para el olvido,
guardé mis impulsos en una maleta,
y mi puño descargó contra la pared.

La brisa golpea mi rostro
y abrazo la niebla que me sitia,

reconozco que no puede existir
si lo dejas por ahí nada más:

no quiero hallarme
cuando decidas hacerlo trizas.

Quienquiera que seas,
el saldo es una residencia en el aire                      


con bandera de desafío.

viernes, 25 de marzo de 2016

Suplemento Cultural Expresso del Diario El Correo de Guanajuato

Primeros meses del 2001. Aún se vivía la resaca del salto de milenio. Se respiraba todavía un tufo de optimismo ante el reciente cambio de gobierno y la posibilidad de que hubiera un giro real en la manera de hacer política en México. Recién se cumplían dos años de la desaparición de uno de los suplementos culturales que había seguido asiduamente desde mediados de los noventas: el Búho de Excélsior. Ninguno de los suplementos que sobrevivían y otros que se crearon en esa época cubría el grado de calidad que había alcanzado el Búho y que representaba una forma de tomarle el pulso a diversos temas sociales y no exclusivamente culturales, sobretodo a nivel nacional.

De una manera bastante fortuita llegó a mis manos una edición de sábado del periódico regional El Correo de Guanajuato, de muy reciente aparición en esos días, y en cuyas páginas centrales presentaba un suplemento cultural: Expresso, cuya editora era la periodista Hilda Anchondo. Mayor fue mi sorpresa al percatarme que solicitaban colaboraciones.


La edición del suplemento estaba muy bien cuidada, presentando en la portada una obra plástica y el apellido de los colaboradores que aparecían en cada número. En su interior aparecían los textos, con tipografía y diseño atractivos, y en sus páginas centrales más obra plástica y un poema de algún autor local. Había mucha apertura en la diversidad de temas que se publicaban en el suplemento.


A través de correo electrónico le hice llegar a la editora un poema propio y que apareció en el número 75 del suplemento el 24 de marzo de 2001. Mi primera colaboración publicada en un medio impreso. Me hice asiduo seguidor al suplemento, en cuyas páginas  siguieron apareciendo colaboraciones mías, con una serie de poemas en primera instancia, de 2001 al 2004, posteriormente con artículos hasta el 2005, y del 2007 al 2008, con una columna que aparecía cada mes bajo el título “Bitácora del kamikaze”.

En ese año, 2008, dejó de publicarse el suplemento. Cambiaba de imagen el periódico y la estructura del mismo. No había más cabida para dar a conocer la creación y el análisis en temas del arte y la cultura, sino solamente a través de notas periodísticas.
He aquí un fragmento de aquel primer poema publicado, que espero rescatar en un futuro libro y a través de este blog, a quince años de aquel dulce acontecimiento:

Este temor inorgánico
(leitmotiv subversivo e inocuo)
oscila a mansalva
entre mi plexo y el otomán,
segmento de un simulacro de olvido,
locura inalienable
que desaparece en un dormir y soñar
de sinsentidos.